miércoles, 11 de noviembre de 2009


SLOW RURAL Y SLOW TRAVEL. UNA NUEVA FILOSOFIA DEL TURISMO RURAL

No hace mucho, colaboré con el siguiente post en el blog de Daniel Fernandez dedicado principalmente al Turismo 2.0.
Me ha parecido oportuno volcarlo aqui porque estoy convencida de que se hablará mucho del slow travel , aunque para muchos en nuestra comarca sea,  todabia, un termino desconocido hasta ahora.



El Turismo Rural Slow, o también llamado slow Rural es una novedosa forma de entender el turismo Rural y por lo tanto, de viajar, pero a su vez pienso que es la mejor manera de realizar el verdadero Turismo Rural, la diferenciación del turismo convencional de grandes ciudades, visitas cronometradas, pasar unos dias pendiente del reloj y de visitar el mayor número de lugares en un dia, y luego decir: "yo he estado allí"..

El viajero Slow busca la tranquilidad, la calma, el mimetizarse con el destino viviéndolo sin prisas, tratando de conocerlo y aprender de el.
Los recuerdos de los sabores, los olores,  las sensaciones que nos aporta el contacto con la naturaleza, con las tradiciones de un pueblo y el saber de esas gentes sencillas que abren sus puertas al forastero ábido de experiencias. Esos recuerdos son los que perduran en el tiempo y los que verdaderamente nos enriquecen.

Para el turista slow, las atracciones turísticas no son indispensables, no son una obligación, pues viajar también es sentarse sobre un peñasco de granito en plena dehesa de Los Pedroches, contemplar cómo crece la hierba con ese verde reluciente, observar a las ovejas, a las avefrías que ya han llegado con los primeros fríos, los rabilargos majestuosos o esos buitres leonados ( y a veces negros) que surcan nuestro cielo.
El turismo slow es quedarse mudo cuando, paseando tranquilamente por uno de tantos caminos que surcan nuestra comarca, te tropiezas con un cervatillo que, a 20 metros, te mira asustado unos segundos antes de hechar a correr y perderse entre los árboles.
Ese encuentro, esos segundos que paran el tiempo, quedan impregnados en nuestra retina y nuestra memoria por mucho tiempo.
El turista slow busca un viaje de interior, de relax, de paz y bienestar. Dicen los entendidos, que es una concepción casi “antropológica“ del turismo, viajando sin prisas y recuperando uno de los principios del turismo, que es el crecimiento personal interior, sumergirse en el entorno, inmiscuirse en el, participar en el, en su cultura, sus tradiciones, etc. Ya que no se trata de mirar, sino de tocar, sentir y gozar del destino.


Por último, incluyo el decálogo del turista slow:

 1- Elegir una zona limitada, que no sea muy grande, de una región.(Por ejemplo LA COMARCA DE LOS PEDROCHES)
2. Permanecer por lo menos una semana en el destino elegido.

3. Escoger alojamientos pequeños, refugios, hoteles de pocas habitaciones, casas particulares o casas rurales, posadas u hostales.

4. Frecuentar los mismos lugares para conocer y tener contacto con la gente del lugar, comprar en las mismas tiendas donde va la gente del sitio (panadería, ultramarinos, bares, restaurantes).

5. Evitar tener que desplazarse en coche en la medida de lo posible. A pie se tiene un mayor contacto con la gente y el lugar.

6. Llevar menos guías turísticas y más libros del destino para entregarse al placer de la lectura.

7. Dejar la cámara fotográfica en casa y contemplar o dibujar los sitios en un cuaderno de viaje.

8. Hacer picnic y evitar comer cada día en un restaurante.
9. Pasear, montar en bici, aprender la singularidad del idioma, las diferentes expresiones de cada pueblo, apuntarse a clases de cocina. de labores o bailes tradicionales.

10. Dejarse llevar por el pensamiento de no hacer nada para desconectar por completo de la rutina diaria.


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